Psicóloga Dolores Navarro
La comunicación en la pareja: errores comunes y cómo entendernos
La pareja es como un ser vivo. Un vínculo que necesita ser cuidado y alimentado constantemente. Y su alimento fundamental es la comunicación, entendida en un sentido amplio: no solo palabras, sino también gestos, emociones, sexualidad, empatía y la capacidad de salir de uno mismo para ponerse en el lugar del otro.
¿Qué entendemos por comunicación en pareja?
No se trata solo de hablar, sino de construir un entendimiento mutuo que permita a ambos sentirse escuchados, reconocidos y seguros. Hoy las parejas se forman por elección y por amor, ya no por imposiciones externas. Pero a pesar de esta libertad, muchas relaciones fracasan al primer desencuentro. La ilusión inicial no garantiza una unión sólida. Muchas veces, la falta de comunicación real provoca rupturas impulsivas, sin que se dé el tiempo necesario para fortalecer el vínculo.
¿Qué pasa si no hay comunicación en la pareja?
El amor es complejo y muchas veces contradictorio. Produce tanto alegría como sufrimiento. Donde hay amor, también puede haber frustración, miedo, conflicto y deseo insatisfecho. Entender esta realidad es clave para sostener una relación duradera. La incomunicación genera malestar, distancia emocional y puede llevar a un vacío afectivo difícil de gestionar sin ayuda profesional.
En consulta, los psicólogos de pareja vemos que los problemas de comunicación se traducen en frases como: “No me entiende”, “No me escucha”, “Siento que hablo con una pared”, o “Todo termina en discusiones”.

¿Por qué es tan difícil comunicarse bien con la pareja?
Porque la comunicación está atravesada por muchos elementos inconscientes: el amor, el deseo, el miedo a perder la identidad, las heridas del pasado, los modelos familiares y los roles que cada uno ha aprendido a representar.
El amor no es lo mismo que el sexo, aunque ambos se entrelazan. Tampoco se puede separar del odio o del dolor. Muchas veces, el ser amado nos frustra o censura. Nuestros deseos no se satisfacen plenamente y es necesario aprender a tolerar la frustración como parte del vínculo amoroso. Aceptar que el otro es diferente a mí, que tiene sus propias necesidades y límites, es parte de ese proceso.
Cómo recuperar el diálogo con tu pareja
Las crisis de pareja son inevitables. No se trata de evitarlas, sino de aprender a atravesarlas juntos. La clave está en desarrollar la capacidad de volver a encontrarse después del desencuentro. Esto implica madurez emocional y la voluntad de comprender cómo ha cambiado cada uno con el tiempo.
La experiencia clínica muestra que hay ciertas “soldaduras” que ayudan a mantener el vínculo:
- La vida sexual: no se trata de mantener la pasión inicial, pero sí de sostener una comunicación sexual saludable que evite la sensación de abandono o desconexión.
- La admiración mutua: es fundamental que exista un aspecto de la pareja que se admire y valore. No importa cuál, lo importante es que sea sincero.
- Los rituales compartidos: pequeños gestos cotidianos como desayunar juntos o despedirse con un beso ayudan a mantener la estabilidad emocional de la relación.
- Respetar la individualidad: cada uno necesita espacios propios, momentos de soledad o actividades independientes que no impliquen desequilibrio en la pareja.
- Aceptar los límites y diferencias: el otro no puede ni debe satisfacernos por completo. Es una persona distinta, con deseos, miedos y contradicciones propias.
Errores comunes en la comunicación en pareja
A lo largo de la práctica en mi consulta de terapia de pareja, hay ciertos patrones que aparecen con frecuencia cuando una pareja llega a consulta por dificultades en su relación. Como psicóloga identifico errores comunes en la pareja que, si no se reconocen a tiempo, pueden debilitar seriamente el vínculo:
- Creer que el otro debe saber lo que necesito sin decirlo. Esta expectativa conduce al resentimiento y a la frustración, porque nadie puede adivinar lo que no se comunica.
- Usar el silencio como castigo o protección. Callar no es lo mismo que evitar conflictos. Muchas veces se calla por miedo a dañar, pero ese silencio termina distanciando.
- Reprochar en lugar de expresar lo que uno siente. El tono y las formas importan. No es lo mismo decir “me siento solo” que “nunca estás para mí”.
- Buscar tener razón antes que entender al otro. En la pareja no se trata de ganar, sino de comprender. No hay tribunal, sino dos subjetividades que necesitan sentirse escuchadas.
- Idealizar el amor y no aceptar sus sombras. El amor también incluye frustración, conflicto, incluso momentos de odio. Saberlo permite vivirlo con más realismo y menos culpa.
Una frase escuchada en consulta lo resume bien: “No discutimos por lo que pasó, sino porque ninguno de los dos sabe cómo acercarse al otro sin herirse.” Aceptar que estas dificultades son parte del proceso y aprender a afrontarlas puede ser el primer paso para restablecer una comunicación más sana y auténtica.
¿Cómo mejorar la comunicación en la pareja?
La comunicación en pareja va mucho más allá de las palabras. Implica una comprensión mutua, emocional y corporal. Requiere la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de abandonar momentáneamente el propio punto de vista para tratar de pensar cómo se siente y qué necesita quien tenemos delante.
La comunicación no solo es verbal. Se expresa en gestos, silencios, en la forma de tocar, de mirar o de ausentarse. Y mantenerla viva exige voluntad, constancia y también aceptación de que el otro es diferente a mí. Esa diferencia, que a veces frustra, es también lo que estimula y mantiene el deseo.
Para que la comunicación de pareja sea sólida, hay seis claves importantes:
- Aceptar que el amor evoluciona. No se ama igual al inicio de la relación que tras años de convivencia. Cambiamos como personas y la pareja también debe adaptarse a esos cambios. Es decir, se trata de aprender a bailar al ritmo del otro, sin perder el propio compás.
- Saber que las crisis son inevitables. No existe relación sin conflictos, pero los conflictos bien gestionados pueden reforzar el vínculo.
- Tener una vida sexual satisfactoria, o al menos una comunicación sexual que no esté totalmente disociada. Cuando esta dimensión falla, muchas veces se rompe también el diálogo emocional.
- Conservar espacios individuales. Cada uno necesita momentos de soledad, aficiones propias y amistades que no tienen que ser compartidas. Esto no solo no amenaza a la pareja, sino que la nutre.
- Repetir ciertos rituales cotidianos: gestos, rutinas compartidas como el desayuno de los domingos o el beso de despedida, que dan continuidad más allá del vaivén emocional.
- Permitir que los roles se alternen. No siempre puede ser uno el fuerte, el cuidador, el que cede. El equilibrio se construye permitiendo que cada uno tenga su momento de necesidad o de sostén.
¿Cuándo pedir ayuda profesional?
Si la pareja entra en un bucle de malentendidos, reproches o silencios que generan malestar y soledad emocional, puede ser el momento de consultar con un psicólogo de pareja en León.
La terapia de pareja puede ser individual o conjunta, dependiendo de la dinámica específica. En ocasiones, empezar por una consulta individual permite a uno de los miembros clarificar qué le ocurre internamente, antes de trabajar en lo conjunto. En otros casos, acudir juntos a terapia de pareja abre un espacio para el reencuentro y el entendimiento mutuo.
El papel del conflicto y la agresividad
El conflicto no es señal de fracaso, sino una oportunidad de crecimiento. Toda relación implica fuerzas de unión y de separación. Reconocer que el amor también implica odio, frustración y agresividad es esencial para transformar esos afectos en diálogo y construcción conjunta.
Reprimir las diferencias no ayuda y lo que no se expresa, se enquista. Por eso, discutir con respeto, aceptar las diferencias y aprender a poner palabras al malestar son recursos que pueden salvar una relación.
Cuidar el vínculo es elegirlo cada día
Las parejas felices no son las que no tienen conflictos, sino las que saben reencontrarse, reinventarse y comprenderse a lo largo del tiempo. La comunicación en pareja no se reduce a hablar, es un acto profundo de escucha, empatía, respeto y deseo de seguir compartiendo la vida juntos.
Si sientes que en tu relación algo se ha perdido o que ya no lográis entenderos, recuerda que hay formas de volver a encontrarse. Y que pedir ayuda también es una forma de amor.
Recupera la conexión con tu pareja
Tomar la decisión de buscar ayuda ya es un paso hacia la solución. La terapia de parejas puede ser el espacio donde tú y tu pareja encontrareis el camino para reconstruir lo que parecía perdido. Como psicóloga de parejas, estoy aquí para ayudar a restaurar la comunicación y la confianza en vuestra relación.