Psicóloga Dolores Navarro
Ansiedad: cómo tratarla y recuperar el control
¿Qué es la Ansiedad y que la ocasiona?
“He venido porque la ansiedad se me va de las manos. Con el control consigo no explotar. Me pasa de toda la vida. Estoy pendiente de ella constantemente, temo que me dé el ataque de ansiedad. Siento que me ahogo y pienso que me voy a morir. Intento controlar la falta de aire. He visitado a varias psicólogas. Me enseñaron técnicas de relajación pero no me sirven. A veces siento que me da algo en la cabeza y pienso que me va a dar un derrame.”
Estas palabras, recogidas en mi consulta de psicología en León, reflejan el modo en que muchas personas viven la ansiedad. Algunas pacientes comparten experiencias similares desde la infancia: ataques de ansiedad a temprana edad, obsesiones recurrentes, exigencia interna desbordante, miedo a perder el control o a volverse locas. A menudo llegan tras haber intentado diversos recursos que no han logrado aliviar su malestar.
La ansiedad es un concepto de la psicología desde hace mucho tiempo. Procede del latín anxietas, que significa congoja o aflicción. Define un estado de inquietud o inseguridad, provocado por un peligro real o imaginario, que produce alteraciones tanto psíquicas como físicas. La persona siente desasosiego, sobresalto, y una tensión interna que puede intensificarse sin interrupción.
Existe una ansiedad que se considera normal y adaptativa. Surge en situaciones que implican incertidumbre, como una boda, un cambio laboral, un examen o un viaje. En estos contextos puede incluso potenciar el rendimiento. Sin embargo, cuando esta ansiedad se vuelve persistente o se activa sin motivo aparente, puede llegar a bloquear o paralizar, interfiriendo de forma significativa en la vida cotidiana. Es entonces cuando hablamos de ansiedad patológica, que requiere ser tratada de forma adecuada.

¿Qué síntomas tiene la ansiedad?
Los síntomas de la ansiedad son amplios, variados y en muchos casos desconcertantes para quien los padece. Puede provocar alteraciones psíquicas como desorientación, inquietud, preocupación excesiva, pensamientos repetitivos, dificultad para concentrarse e incertidumbre sobre el futuro. A menudo, estos síntomas están acompañados de un temor intenso a lo que puede venir o a que se repitan situaciones en las que se ha perdido el control. Es común el miedo a volverse loco, a morir o a perder el control.
A nivel físico, puede manifestarse con sudoración excesiva, palpitaciones, opresión o dolor en el pecho, mareos, vértigo, sensación de irrealidad, hormigueo en las extremidades, temblores, debilidad generalizada, trastornos del sueño o del apetito, e incluso con sensación de ahogo o falta de aire. Muchas personas describen que sienten “que se les va la vida”, o que están a punto de sufrir un infarto o un colapso.
Vivimos en una época de aceleración constante. Los cambios sociales se producen a un ritmo tal que resulta difícil adaptarse. Queremos todo de forma inmediata, se está perdiendo la capacidad para la espera. Las relaciones se vuelven frágiles y la capacidad para el compromiso escasea. Esta realidad genera una vivencia generalizada de precariedad e incertidumbre, que puede ser claramente generadora de ansiedad.
¿Cómo saber si tengo un ataque de ansiedad?
El ataque de pánico es uno de los episodios más temidos por quienes padecen ansiedad. Se trata de experiencias repentinas e intensas, en las que el miedo aparece sin una causa externa clara. La persona se ve sobrepasada por una sensación extrema de amenaza y descontrol.
Se considera que estamos ante un ataque de ansiedad cuando se manifiestan al menos cuatro de los siguientes síntomas:
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Miedo a volverse loco o a morir
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Sensación de ahogo o dificultad para respirar
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Palpitaciones, temblores o sudoración
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Hormigueos o escalofríos
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Mareos, sensación de irrealidad o desconexión del entorno
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Dolor en el pecho
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Pérdida de control o sensación de colapso
Tras un ataque, muchas personas desarrollan un miedo persistente a que se repita, lo que incrementa el nivel general de ansiedad y alimenta el círculo de evitación y aislamiento.
¿Cómo controlar la ansiedad en el día a día?
Muchos intentan calmar la ansiedad mediante técnicas de relajación, respiración o medicación ansiolítica. Estas estrategias pueden ayudar de forma puntual, pero no abordan el origen del malestar.
Una persona atrapada en la angustia suele buscar alivio en conductas que no siempre son saludables: comer en exceso, consumir alcohol, evitar situaciones que generan miedo, recurrir al sexo compulsivo o incluso a la autolesión. Poco a poco, estas respuestas van reduciendo sus posibilidades vitales.
El recurso más extendido es la medicación ansiolítica, recetada de forma masiva. Aunque puede ser útil, no es un abordaje suficiente por sí solo. Si alguien tiene un dolor abdominal fuerte, no basta con tomar un calmante: hay que investigar su causa. Lo mismo debe ocurrir con la ansiedad. La verdadera solución empieza cuando la persona se pregunta: ¿Qué me está sucediendo? ¿Qué me angustia? ¿Qué me está diciendo mi cuerpo? Y estas respuestas solo emergen en un espacio terapéutico adecuado.
¿Cuándo la ansiedad se vuelve peligrosa?
La ansiedad se vuelve peligrosa cuando bloquea, paraliza o deteriora la autoestima. También cuando se cronifica, se recurre continuamente a la medicación o se desarrollan mecanismos de evitación y dependencia.
El sujeto que se halla inmerso en la angustia busca formas de aplacarla, que no siempre son las más adecuadas: comida, drogas, sexo compulsivo, juego, inhibición… Todo esto limita y empobrece su vida. Por eso es tan importante detenerse y mirar hacia dentro.
Ansiedad: cómo tratarla de forma efectiva
Tratar la ansiedad implica más que eliminar síntomas, entender sus causas. No se trata solo de eliminar la ansiedad para siempre desde la superficie, sino de comprender qué la está provocando en cada caso particular. La psicoterapia no tapa el síntoma, lo escucha y le da sentido. Podemos distinguir al menos cuatro tipos principales:
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Trastorno de ansiedad generalizada: preocupación excesiva y constante.
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Fobias: miedo irracional ante objetos o situaciones específicas.
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Trastorno de pánico: ataques de ansiedad repetidos e inesperados.
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Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): pensamientos obsesivos y conductas repetitivas.
La ansiedad también puede estar relacionada con otras condiciones como el trastorno por estrés postraumático (TEPT) o presentarse en forma de ansiedad social.
¿Qué siente una mujer cuando tiene ansiedad?
La ansiedad puede manifestarse de formas similares en hombres y mujeres, pero las mujeres, por cuestiones culturales y de socialización, tienden a expresar más abiertamente el malestar.. En consulta es habitual escuchar frases como: “Me ahogo. Me exijo demasiado. Tengo miedo a no estar a la altura. A veces temo volverme loca.”
Son mujeres que han sido muy responsables desde pequeñas, que intentan controlar todo, que sienten que no pueden permitirse fallar. Han interiorizado que deben poder con todo, y cuando no pueden, la ansiedad estalla. En muchos casos, la autoexigencia, el perfeccionismo y la culpa son los pilares de su malestar. Este tipo de estructura psíquica requiere una intervención profunda, que permita cuestionar y desmontar esas creencias que tanto daño provocan.
Cómo combatir la ansiedad desde la raíz
No basta con calmar el síntoma. Es esencial descubrir qué está ocurriendo en la vida de la persona, qué conflicto emocional está por debajo del malestar. La ansiedad no se erradica solo con medicamentos ni con ejercicios superficiales. La única manera de averiguar esta verdad es a través de una buena terapia con el profesional adecuado. En psicoterapia, el paciente podrá expresar libremente sus miedos, revisar su historia personal y elaborar un nuevo sentido para su sufrimiento. Este proceso no es inmediato, pero es el camino hacia una solución real y duradera.
Además, si cuentas con un seguro de salud, puede facilitarte el acceso a un tratamiento continuado, adaptado a tus necesidades. Si también sientes que la tristeza, la apatía o la desconexión te acompañan, puedes leer qué es la depresión y cómo abordarla de forma conjunta con la ansiedad.
Recupera tu equilibrio emocional
Si sientes que la ansiedad te desborda, si ya no puedes vivir con tranquilidad o si tienes miedo constante a perder el control, es momento de buscar apoyo profesional. En la consulta de Dolores Navarro, puedes encontrar el acompañamiento que necesitas para entender tu ansiedad, recuperar el equilibrio y volver a conectar contigo y con tu vida.
Dar el primer paso es la decisión más valiente que puedes tomar.
Haz de tu bienestar una prioridad
Aquí comienza tu cambio. Un espacio donde sentirte escuchado y comprender lo que te ocurre. Como psicóloga en León y Online, te ofrezco el apoyo profesional y cercano que necesitas para avanzar hacia una vida más equilibrada.